miércoles, 6 de julio de 2011

El camino más corto

A Masha le cuestan las mates. Tiene capacidad suficiente, pero es vaga y eso de pensar, pues no mola. Como en esta familia el rollo perezoso no nos va este verano toca a parte de caligrafía y cuaderno de vacaciones, 2 páginas de operaciones (¡bien simples!) cada día.

Empezó llorando porque no le salía, porque se le había olvidado sumar... vamos, toda una variopinta gama de males y penas. Semana y pico más tarde hace los deberes sin rechistar (demasiado) y ayer la página de sumas no tenía errores. Lo que demuestra que si quiere, puede.

Hoy había un problema. "En un oasis hay 158 personas. Con la caravana llegan 25 y marchan 17. ¿Cuántas personas quedan?" Y ella apunta la respuesta 166 personas. Sin operación. !Leñe! !Para alguien que hace una semana decía que 10 + 2 = 35 es algo grande!

Yo soy muy mal pensada así que he mirado al final del cuaderno. No había soluciones. No sabía cómo, pero me olía muy mucho que había irregularidad de por medio. Así que le he pedido que cogiera un papelito y me hiciera la operación. La ha hecho.

Bueno, no queda más que felicitarla, claro.

Esta noche hablando con mi madre he tenido una visión. Con el cuaderno venían unos cuadernillos. Uno de ellos podría ser un solucionario. Así que rebuscando efectivamente, no tan sólo lo es sino que está al lado del cuaderno, demostrando un uso reciente.

¡Bueno... no soy tant tonta como me creía! (¡Elemental, querido Watson!, me hubieran dicho...)

Mañana Masha tenía que ir a casa de una amiguita a jugar. Es un gran evento, le hace mucha ilusión. Pues me temo que esta semana no va a poder ser.

Todos tenemos ideas brillantes, yo la primera. Pero le he preguntado expresamente si ha copiado y ella ha jurado que no, toda inocencia y orgullo herido. (¡Ya sabemos que las clases de teatro son de lo más eficientes!)

Lo feo es que piense que puede engañarme y salirse con la suya. Que mentir a mamá es válido. Si lo paso por alto estoy vendida porque pensará que el fin justifica los medios y cualquier medio vale. Y lo intentará una y mil veces.

Hay una ley de oro en la familia y es que el mal comportamiento tiene consecuencias, igual que el bueno. Si hay mal comportamiento -y es el caso porque ella es bien consciente- ella misma sabe que no puede ir a casa de su amiga. Con mucho dolor de mi corazón, mañana se quedará en casa.

Y... rezando para que aprenda la lección.

Mis hijos no se qué coeficiente de inteligencia tienen, pero son muy largos. Eso les ayudará en la vida, pero de momento hace la mía bastante más difícil. ¡Si tan sólo consiguiéramos que todo ese potencial se canalizara a hacer algo positivo...! Desde luego ambos hermanos son idénticos. No se si el el destino o qué narices, pero esta familia es ciertamente una familia, entre pitos y flautas somos todos tal para cual.

Mañana toca escena dramática. Una lástima, hubiera preferido verla jugar feliz en casa de su amiga. Al fin y al cabo, ¡ella sabía hacer la operación! Hay que aprender a tener claro que el camino más corto no es siempre el que te lleva al sitio que quieres. Ni siquiera el que te lleva antes.

miércoles, 6 de abril de 2011

La pena llega en miércoles

Odio los miércoles. La gente piensa "qué suertuda, ¡trabaja desde casa y luego a vivir la vida!" Ilusos...

Los miércoles trabajo desde casa gracias al hado madrino que es mi jefe. Y eso es bueno para mi trabajo, porque puedo trabajar sin reuniones, pensando y controlando. Es bueno para mí, porque ese rato de transporte se convierte en rato para ir al super a comprar (antes de) y comer (después de). Qué gozada verdad, poder ir al super y tener 35 minutos para comer y hacer un pipi!

Trabajo sola. No hay nadie conmigo (bueno, la gata, que es un cielo y se viene a roncar a mi vera). Me pongo música para disimular, es muy triste. No veo caras amigas ni me río con nadie.

Los miércoles recojo a Serguei a las 14.30 y los llevo a la psicóloga y la logopeda. A la carrera. Peleando en la calle y en el metro. Cuando llego pasa primero por el despacho de una, me citan los 10 últimos minutos para comentar la estrategia semanal, y luego al despacho de la otra, repitiendo la misma rutina.

En la consulta coincido con otra mamá que tiene un niño tan perdido como el mío. El flujo de simpatía mútua y de compañerismo es tremendo, es reconfortante poder explicar lo inexplicable a alguien que no te va a juzgar porque pasa por lo mismo...

Cuando salimos de nuevo corriendo a buscar a Masha. Llevarla a inglés y recogerla una hora más tarde.

Y me quedo sin pilas. Sin energía.

Esta semana no ha ido mal. Pero la tensión que acumulo es tal que me agoto. Me quedo sin fuerzas y sólo queda una pena grande.

Pero, ¿pena de qué? Pues aún no lo se. Quizá porque me recuerdan demasiado el camino largo que me queda por recorrer. Quizá porque echo de menos las risas con alguien.  Creo que los miércoles estoy demasiado sola.

Aún no lo sé, pero los miércoles son feos.

Vamos a ser positivos... una vez pasados tienes una semana de respiro hasta el próximo!

sábado, 2 de abril de 2011

Bloqueo

El último gran verdicto de la psicóloga es que Serguei sufre un bloqueo emocional.

Mi hijo a día de hoy es capaz de relajarse y disfrutar cuando está rodeado de niños. Lo veo cuando se junta con los compañeros del cole. Les quiere y le aprecian. Es uno más, a la manera brutota en la que se relacionan los niños de P3.

Pero no es capaz de relajarse con normalidad con los mayores. Desconfía de ellos. Tiene miedo de lo que le puedan hacer. Y para controlar ese miedo y controlar al adulto hace lo que sabe que puede tener bajo control. Molestar. Él sabe que si molesta el adulto se enfada y lo castiga de una manera u otra. Consigue atención y una respuesta que él entiende y controla.

Serguei es un niño que ha pasado largas temporadas en el hospital. Cualquier niño pasa miedo en un hospital. Un niño que no es de nadie y no recibe consuelo ni amor de nadie debe vivir esa estancia como una auténtica tortura. Lo sacan de su entorno, está solo. Y cuando uno menos se lo espera llegan esos marcianos de bata blanca y lo torturan a traición. Sin explicación y sin motivo, aprovechando que se encuentra mal le hacen las mil perrerías. Lo pinchan, lo ponen en máquinas frías,... eso en el mejor de los casos. No vamos a imaginar cómo puede ser la vida para un huérfano en un hospital siberiano.

Y luego a uno le extraña que el crío desconfíe de los adultos. Bueno, ¡la verdad es que es un valiente por no echarse a gritar cada vez que ve a uno! Recuerdo el pánico tremendo a subir al coche cuando lo llevamos a hacer la foto del pasaporte, la primera vez que lo sacamos de la casa cuna. Estaba histérico, fuera de control. Pensaba que lo llevaban al hospital.

Serguei ha pasado la vida sin entender su entorno. Muerto de miedo. Para no volverse loco se vuelve terriblemente observador, está atento a todo, al más mínimo detalle. Es capaz de saber qué es lo que te molesta y tiene un comportamiento molestoso personalizada para cada adulto con el que se relaciona. Es chulesco, retador, orgulloso, negativo... No pierde una. Y lo hace por supervivencia, para preveer por dónde le va a caer. Durante mucho tiempo no soportaba que lo tocaran. O se apartaba de un respingo.

Ese miedo tan grande lo paraliza y lo bloquea. No le permite entender y aprender. Serguei es un niño listo. Pero no puede progresar, está bloqueado.

Una vez entendido el bloqueo la solución no es fácil, pero es visible. Hay que romper ese miedo.

Hay que seguir unas pautas razonables y unas normas coherentes. Tiene que relacionar causa-consecuencia. Si tu molestas tienes que ir a pensar (y eso es un rollo, no ganas.) Hay que aprender a ser capaz de anticipar: si te pones nervioso acabarás gritando y no estarás contento. Y te irás a pensar. (Que ya sabemos que es un rollo.) Pero... fíjate, si obedeces, si te calmas, si escuchas a mamá... estás contento. ¡Y ganas!

Sobretodo, debes romper el poder sobre tí. Si te molesta y ve que ya no te afecta, lo desarmas. Lo descolocas. Le hablas suave y tranquilo y le recuerdas que molestar no conduce a nada bueno. Y a él lo que le gusta, es estar contento. Así que ¡vamos a hacerlo bien!

Hay que darle una salida, una posibilidad de enmendarlo.

Si tu como adulto consigues eliminar la rabia y la frustración que el tocamiento de narices te genera, porque es un hecho que somos humanos, puedes girar la tortilla. Tienes delante un niño que de repente te escucha con ojos como platos porque le has roto esquemas y necesita entender el nuevo escenario.

De pronto va asimilando que molestar no es la solución para miedo. La solución es el buen comportamiento, porque con él es feliz. Y cuando uno es feliz, ¡¿quién se acuerda del miedo?!

Llevamos unas semanas buenas. Mamá está aprendiendo a estar muy relajada por fuera (luego por la noche no pega ojo) y a cortar de raíz ese dominio feo sobre ella. Y Serguei... está aprendiendo que es chulo eso de abrazar, tocar, besar y hacer cosas bonitas.

viernes, 1 de abril de 2011

Se curan corazones

Hoy hemos ido a conocer a mi nuevo sobrino. En el hospital, es prematuro y pasa unas horas al día en la incubadora.

A Serguei le gustan mucho los bebés. A Masha aparentemente también. A Serguei le decía que allí no se puede hacer ruido, porque los bebés duermen. Se ha puesto de lo más nervioso cuando ha visto que allí nadie callaba (normal, mi familia política no es demasiado silenciosa. Por suerte la sala donde están los bebés estaba bastante insonorizada, deben estar acostumbrados a lidiar con semejante engorro). No dejaba de decir "¡No callar!" Y les hacía tssst para que se callaran. Obviamente con el jaleo ni le escuchaban.

Para ver al bebé tenía que subirlo en brazos. Se veía una sala con camitas y al lado una silla para las madres que están de visita. El hospital no era muy bonito y he pensado que hasta cierto punto a Serguei le podría traer recuerdos, así que he probado.

"Cuando tu eras bebé, ¿también dormías en una camita así?"
"¡Si!"
"¿Y quién estaba contigo?"
"¿Mamá?"
"No, mamá no estaba."
"¿Papá?"
"No, papá no estaba."
Entonces frunciendo el ceño ha dicho convencido, gesticulando en modo de (¡Ay mamá, es que no te enteras!) "¡Papá no, mamá si!"
Como lo vi un poco apurado no apreté más. Se me abrazaba fuerte y estaba agobiado.

Cuando ha pasado la enfermera ha preguntado si era una doctora. No le he visto tenso. Pero si muy atento. Le he dicho que no, que los médicos llevan bata blanca, las enfermeras ayudan a los médicos. No creo que las preguntas nacieran de recuerdos, creo que es por jugar a médicos en el cole.

Difícil saber lo que está pensando.

Masha se ha pasado el rato mirando fijamente al bebé. Decía que era muy bonito, pero en realidad lo que ha hecho ha sido pegárseme con pega, coger mi mano y ponérsela sobre la cabeza. No ha querido decir nada, pero tenía pena. Me ha pedido que la abrazara y nos hemos quedado los tres abrazados mientras el resto vociferaba.

Creo que ha sido la primera vez que nos hemos abrazado los tres y no había competencia entre los hermanos. Masha estaba triste, Serguei inseguro. Ambos necesitaban a mamá y aceptaban que mamá curara a ambos. Ha sido bonito.

¿Y mamá?

Mamá estaba en paz. No siento pena por mis bebés perdidos. Mis dos sobrinos han llenado ese vacío y jamás podré agradecer lo sufiente el privilegio de poder trastearlos hasta llenar mi corazón. Por eso son más que sobrinos, son mis tesoros.

También estoy en paz por no haber vivido mis hijos de bebé. La vida es muy larga y los buenos recuerdos que van cayendo poco a poco van rellenando esos huecos. Quisiera poder cambiar las cosas pero no puedo. En cambio, sí que puedo disfrutar de las que están a mi alcance.

Ya en casa, estando yo sentada ha venido Serguei y me dice "mama, tu cua?" (Mamá, tu coleta?) Y se ha puesto a peinarme. Ha sido chulo porque iba con mucho cuidado y estaba relajado. Llevamos unos días buenos...

Hoy de nuevo he visto que queda un laaargo camino para recorrer.

Curiosa la escena. El bebé empezando a vivir. La alegría de los padres. Los celos de la hermana mayor. Los gritos de la muchedumbre. La pena de mi hija que sabía. La inseguridad de mi hijo que no sabía pero temía. Y mamá intentando curar sin tiritas...

martes, 29 de marzo de 2011

Mama, tatimu!

Ayer Serguei me soltó como tal cosa "Mama, tatimu!" (Mama, tetiero!) Me quedé congelada unos segundos.

Aunque me consta que lo dijo por imitación porque Masha repite hasta la saciedad que me quiere tanto (aunque acto seguido haga lo que le salga de las narices y pase de su adorada madre), me impactó bastante. Es la primera vez que mi hijo me dice que me quiere.

Cuando Masha tenía unos 2 años y empezaba a hablar yo tenía a mi abuela muy malita. Yo le enseñaba a la niña a decir "Àvia t'estimo" (Abuela, te quiero) para que se lo repitiera como un lorito con una sonrisa y un beso. Y la mujer, era feliz. A mi se me partía el corazón porque Masha no sabía lo que decía. Pero a ella le hacía mucho bien. Repetía a todas horas que su biznieta era la más dulce, la más bonita y la más inteligente del mundo mundial. Se que hice bien y ahora me alegro con esa alegría agridulce del que lamenta que no llegara a escucharlo de corazón.

Mi abuela... la mujer hubiera sido feliz al ver cómo llegaban mis 2 sobrinos. Pensaría, como pensamos el resto, que no hay cosa más bonita sobre la faz de la tierra. Hubiera rebentado de orgullo. Con razón. Y nos hubiera intentado mangonear cada vez que quisiéramos poner orden, nos hubiera desquiciado.

Creo que se fue a tiempo para no sufrir la adaptación de Serguei y la caída a los infiernos de Masha. Si no hubiera muerto hace algunos años, creo que la hubiera matado yo del disgusto. Jamás hubiera entendido. Y hubiera sufrido muchísimo.

La naturaleza es sabia.

Pero entre tanto pensamiento triste, he encontrado otro muy dulce. Masha aprendió a decir "te quiero" como un lorito y con ello hizo muy feliz a su bisabuela. Serguei también lo ha repetido de lorito y me ha hecho feliz a mi. Si Masha luego supo decirlo con el corazón, también Serguei aprenderá. Me ha gustado el paralelismo. Y he pensado que sería bonito creer que con esas palabras se inauguraba una nueva etapa en este crío.

Creo que a mi abuela le gustaría esto. Creo que de alguna manera debe estar disfrutando y pensando que cómo puede ser que nos cueste tanto llegar a la conclusión que ella tenía clara desde un principio.

Como cuando decía que Masha era rubia como los hilos de oro. Masha era pelirroja... entonces. Hoy mi abuela está de nuevo en lo cierto.

Bueno abuela, no todos gozamos de tu vista privilegiada, ¡bien sentadita sobre una nube igual que antaño en tu sofá orejero! Y es que aún existen clases y mi abuela... es mucha abuela...

lunes, 21 de marzo de 2011

De zombies y lámparas

Podría empezar esta historia por el principio... o por el final. Empiezo por el final.

Esta noche soñé con zombies. Todos guardamos miedos de cuando éramos niños. A mi siempre me aterraron los muertos. Recuerdo que ya de pequeña me daban pavor y siempre creí que jamás sería capaz de ir a un funeral, por miedo a que el muerto se levantara y se me comiera. (Cosa que no tendría tanta importancia, porque en el instante que se levantara yo caería fulminada.) Con la edad descubrí que visitar el tanatorio no era que se te comiera el miedo sino una pena que te cala los huesos. Por tu pérdida (más o menos cercana) y por la del resto de compañeros de edificio. Pero eso vendría más tarde.

Sigo sin guardar cariño por muertos vivientes, pero esta noche me han aterrorizado como antaño. Debo haberme despertado sobre las 5 y pico. No he sido capaz de abrir un ojo (¡a saber qué me encontraría delante!) hasta las 6. Por supuesto, no he vuelto a dormirme. Ni los ronquidos de Carlos ni el peso de tener a una gata gorda durmiendo sobre mis piernas han aplacado mi taquicárdico corazón.

Ya en la ducha le explicaba la pesadilla a Carlos (¡verbalizar siempre ha sido una necesidad vital para mi!) cuande he tenido una revelación.

Ayer me disgusté mucho con Masha. Después de una época bastante razonable la verdad es que había bajado la guardia. Masha antes de acostarse lee un poco. Me parece maravilloso. Ayer descubrí que había cogido mi lamparita, una de esas que hace pinza en el libro y que yo usaba para leerle cuentos, y la había roído. No tan sólo la había mordido, la había dejado con el cable al aire. Si esa lamparita, en lugar de ir a pilas, hubiera estado enchufada, te puedes imaginar qué hubiera pasado.

Me quedé de una pieza. Horrorizada por lo que hubiera podido pasar, horrorizada porque me encantaba esa lámpara y horrorizada porque Masha hubiera caído en aquel pozo de nuevo. ¡Y me da tanto miedo volver atrás!

En la ducha he tenido una revelación. Esa lamparita mutilada era como un bracito de zombie, con la carne abierta y el hueso asomando.

Esta noche me ha perseguido mi miedo más profundo. Ya no son los muertos vivientes. Es que mi hija no sea capaz de ser feliz.

¡Ya puede reirse Freud y sus asociaciones de ideas!

¡...y la respuesta!

Hi Elena,

This is so wonderful and touching of you. I never for one thought about all of the difficulties that you would go through with such things following the adoption.

I am very honoured that you were prepared to share this with me, and proud that you have managed to localize the book to help your friend during her time of need.

This is a very special message for me, and has given me a boost whilst sat here working away when I should be out enjoying the sunshine in Sweden.

Enjoy the weekend, and I hope with all my heart that your efforts will help your friend...I am sure they will

Keep smiling

Cheers,

Keith

sábado, 19 de marzo de 2011

Un mensaje para mi jefe

Hi Keith!
This is not a work message and I ask you please to read it when you will have 10 free minutes, with a coffee in your hands. This is the kind of conversation (sorry, in this case a monologue) that we should have in the kitchen.
Are you ready now? So… let’s go!
You know that I have 2 adopted children. The adoption process is very hard and difficult. You realize soon that only another family who is adopting (or has adopted) will help you with their hand in their heart. The rest is possible thinking in earning money. So sad! Poor families, they are so alone! So you meet as families as you can to find true information and help. With some of them you have a very special bond and they became somehow part of your family forever. Even when the adoption ends you still receive messages or calls from new ones asking for help. Of course, you help them unconditionally.
We believe that children must know their own story as soon as possible. It’s not a good idea to wait until they are 18 and say “Surprise, you were adopted!” As if you lied so many time about a so important fact… which other lies could you say? So, as soon children are able to understand you must start to speak about it. First think to have very clear in their mind is “Babies are born from mother’s tummy.” “Although you ARE my son/daughter, you weren’t in my tummy.” “You lived in a baby home for x time.” “Daddy and me desired with all our heart a child to love forever. Not any one, we wanted you!” “We discover you were living in a baby home and we travel abroad to meet you and bring you home.” “We love you and we will be together forever, as we are a true family.” When they are a bit older, you must also add: “You don’t need to come to Russia if you don’t want. But if you want to visit Russia, as you are Spanish, you will be a tourist. You will visit the country and then you must return home, as all tourists, with lots of photos and stories to tell to your friends.”
Experience says this first conversation with your children is very hard. Children know there is something different with them and they build a lot of crazy and sad stories about. (I know one girl that really though she was born from an egg as she wasn’t in her mum’s tummy! She felt very sad and scared to be like an alien!)
In my case, as Masha never wanted to hear about her adoption (as most of them, they have a sum of fear and sadness) it was great to start the walk with a very simple story, about animals.
Americans have lots of experience in adoption and have very good materials. I bough many years ago a lot of stories (thanks to Amazon!) to speak with Masha and not hurt her. It worked perfect. Masha was 3. (Today she’s 7, next month 8!)
I have a dearest friend, adoptive mother that lives far from me, who believe it’s time to speak with her son about adoption. But she found no interesting material in Spanish.
With no doubt, I looked for my old American books. My friend doesn’t feel very comfortable with an English text, so a translation was needed. But not only a translation. Americans are not Spanish and there are some cultural issues that need to be changed to really understand the message behind. And a step forward, I know that boy, I know that mother and I was very happy to give a magic special touch to the text, with tenderness, to really reach their hearts.
So I scanned the best one, translated, adapted the text, built a new pdf document and sent it to her. I am so happy to have the possibility to help her and be close to her in such an important moment! I keep my fingers crossed waiting her comments.
Yesterday night, when I was building the document I realized I was “localizating” the document. Yes, I was exactly doing the same that I do every day at work!!
I have a very good message and proposition, this message needs to be adapted to really reach my customer. My job is great because allows transmitting customers wellness, tenderness and help to build a better relationship. We are not only selling products, we are taking care of them. We are trying to make them feel they are, each one, special.
I felt great. I feel proud of myself, proud to belong to that great team. Somehow all makes sense to me. And that night I had very sweet dreams.
I only wanted to share that experience with you, as I felt you understood me. J (And yes, I attach my localizated tale!)
That’s all for this moment. As always, many thanks for your time, have a great week!
Elena
Marketing Executive, Spain and Portugal

martes, 15 de marzo de 2011

Domar fieras

Siempre me han gustado los niños. Jamás he tenido mucha gracia para relacionarme con ellos pero creo tener la capacidad de transformarme en uno de ellos, saber entrar en su mundo de fantasía y poder tratarlos en su terreno.

No se qué pretendía yo cuando intentaba ser madre. No recuerdo muy bien qué es lo que quería conseguir. Supongo que alguien a quien querer por encima de todas las cosas, alguien a quien pasar el relevo. También alguien que me quisiera por encima de todas las cosas y que me permitiera entrar en su mundo, el mundo de los niños, y compartir sus aventuras y sus sueños. Quería acompañar a esa persona mientras crecía, enseñándole las maravillas que hay en el mundo y ayudarle a ser una de ellas.

El tiempo me enseñó que bueno, eso puede ser cierto pero... ser madre significa convertirse en domadora de fieras. Me dijo hace tiempo una persona muy conocedora de la naturaleza humana que un niño es el cachorro del animal más listo del planeta. Eso significa que la criatura va a intentar por todos los medios hacer lo que le venga en gana. Puesto que es pequeña y depende de tí para conseguirlo, va a intentar manipularte por las buenas o por las malas. La gran tarea de la madre es conseguir que entienda que no, que no puede hacer lo que le venga en gana. Más aún, ¡¡que tiene que hacer lo que tu le dices!! Es lo que se conoce por "pasar por el aro".

¡Tarea de titanes!

Conseguir equilibrar la firmeza, la mano izquierda, la tiranía absolutista con en cariño y el refuerzo positivo... es algo que debería poder estudiarse en algún sitio. Confiaba yo en el sentido común. ¡Menudo error! El cansancio, el acoso y los nervios no compatibilizan precisamente con el llamado menos común de los sentidos.

A tancas y barrancas (empentes i rodolons) estoy aprendiendo a domar mis fieras. A días con más éxito, a días con fracasos rotundos. Pero pasito a pasito voy ganando terreno.

Y por si fuera poco descubro entonces ¡que hay muchos supuestos adultos que repiten exactamente actitudes de mis retoños! Increíble pero cierto. Y a puñados. Con lo que de nuevo sacas el látigo y la piruleta y ala, a domar otra fiera que sobrepasó de largo la fecha de domesticación.

No funcionan exactamente las mismas estategias, no puedes castigar al rincón de pensar al compañero de trabajo que se escaquea cuando debe hacer una tarea que no le gusta o al que se ronea y pierde el tiempo en lugar de coger el toro por los cuernos. O incluso a aquella persona en casa que espera que seas la chacha mientras ella dispone y manda.

Pero al igual que con tus retoños, debes dejar claro que a mamá no se le toma el pelo y que cuando toca recoger los juguetes... ¡toca!

domingo, 13 de marzo de 2011

¡Toma, yo primero!

De repente me doy cuenta que hoy he tenido una conversación con Serguei.
"Per què Masha peus aigua?" (¡Por qué Masha pies agua?)
"Perquè li he de tallar les ungles." (Porque le tengo que cortar las uñas.)
"Ungles peus llargues?" (¡Uñas pies largas?)
"Si".
"Jo no tinc ungles peu llargues! Tu no tallar. No cal." (¡Yo no tengo uñas pie largas! Tu no cortar. No hace falta.)

Si, es Tarzán en versión 4 años. Pero... hace frases y sobretodo razona. Para un niño que supuestamente no piensa no está nada mal. Porque yo creo que sobre todas las cosas, el niño es muy observador. De hecho, es observador en exceso.
Si ahora es capaz de hablar, aunque sea tarzanero, podrá razonar un punto más.

Otra más, estando en Roma Serguei se levanta  por la mañana y va a hacer pipi.
"Papa, tu i jo junts." (Papa, tu y yo juntos.)
...3 segundos más tarde...
"Toma, jo primer!" (Toma, yo primero!)
(¡La escena no necesita muchas más explicaciones! Vale, no es una conversación, ¡pero es una de las poquísimas ocasiones que recuerdo de mi hijo en las que me reí! Y eso... ¡no tiene precio!)

Creo que a pesar de todo hay mejoría. Lo que pasa que se aburre. No entiende, se colapsa y se aburre. Y cuando se aburre se siente inseguro y necesita llamar la atención a toda costa. Y a él le consta que la mejor manera de llamar la atención es molestar al prójimo.

Si conseguimos que entienda que puede llamar la atención hablando y conversando, explicando cosas, preguntando, entendiendo... podremos hacer de él una persona.

...poco a poco...

sábado, 12 de marzo de 2011

Gracias

Hoy he hablado con otra mamá. Está en ese punto horrible en el que debe decidir si rechaza su asignación o no. Nada frívolo, es un tema médico muy grave. Tanto, que justifica sobradamente la decisión de rechazar. No hay duda posible. Está destrozada.
No es la primera mamá que conozco de cerca que pasa por ello. Sus miedos, sus dudas, su angustia... es algo universal. Todas las familias con un rechazo de asignación pasan por ello. Y si se deciden por rechazarlo, el duelo. El duelo terrible de perder un hijo. Todas las ilusiones y las esperanzas que tenían nombre y ahora apellido simplemente se volatilizan. Es más, y ¿qué será de él? ¿si yo no lo cojo, alguien le dará una buena vida? Porque donde está, no la tiene. No lo estás dejando en buenas manos.
¿Podrás ser feliz sabiendo que es posible que lo condenes a una vida de miseria? ¿Sin posibilidad de final feliz? ¿Le vas a quitar la posibilidad de ser feliz cuando ya casi lo tenía?
No puedo hacer nada por ella más que darle mi cariño y mi apoyo incondicional. Intentar transmitir esperanza. Escucharla y estar a su lado.
Esta noche veré la cara de ese crío en sueños una y mil veces. Y mi pena no llegará ni a la millonésima parte de la que están sufriendo los padres.
Y daré gracias.
Porque mis niños no están enfermos. Porque no he pasado por eso.
Y sentiré verguenza y humildad. Porque por muy difícil que sea mi día a día hay madres que soñarían porque fuera el suyo.
Gracias...

viernes, 11 de marzo de 2011

Balance positivo

Estos días de la semana blanca hemos estado de viaje. Nos gusta viajar. (Aunque odio deshacer maletas y recomponer la rutina.)
Creo que ha sido un buen viaje. Masha de nuevo ha sido capaz de entusiasmarse con lo que estábamos viendo. Ha sido capaz de escuchar, entender, descubrir y sobretodo aprender. Como en los buenos tiempos, pero mejor, con más capacidad, con más posibilidades.
Siempre me ha gustado explicar historias. Y en esta ocasión he explicado un montón. He disfrutado explicándolas y Masha ha disfrutado escuchándolas y entrando en ese universo mágico que se crea cuando los cuentos dejan huellas en la realidad.
Por lo que a Serguei se refiere la cosa es algo más complicada. He conseguido que a la pregunta "¿Dónde has estado?" diga "Roma". Primer punto, ha aprendido que hemos estado en otra ciudad. Ha aprendido que en esta ciudad no vivimos, no tenemos una casa sino un hotel. Para llegar hasta "Roma" se debe coger el "avión". El avión "vuela" y en él los niños "duermen". (¡¿O acaso desconoces esta verdad universal?!)
Creo que no ha aprendido nada más.
Para un niño con 4 años recién cumplidos es muy pobre. Me consta. Pero mi paciencia y mi capacidad de explicar no ha dado para más.
En su caso el balance se cierra con dos episodios memorables en el que se elevó a arte el hecho cotidiano de "molestar". Activar la alarma de incendios del hotel (este verano llegó a hacerlo hasta 4 veces en el crucero por el Rhin, vamos mejorando aunque no aprendiendo) y meter el pie entre el andén y el vagón de metro. Quiso la fortuna que tras forcejear entre las corrientes de gente empujando mientras entraba y salía a toda prisa el zapato no cayera a las vías, cosa que hubiera motivado que fuera descalzo de un pie hasta el hotel. Porque no lo pensaba coger en brazos.
Ambas son cosas que él sabe que no se deben hacer porque le perjudican. Porque se hace daño o porque simplemente se queda relegado a estado meditativo en lugar de jugar. Pero... la necesidad de llamar la atención pasa por encima de esas menudencias.
Perdono la curiosidad, pero no el desafío y el reto perenne. Y sobretodo lamento decir que desprecio la estupidez y el no ser capaz de aprender. No por imposibilidad física sinó por testarudez y prepotencia.
Balance del viaje... positivo. Serguei como siempre, mejorando levísimamente. Pero Masha mucho mejor, disfrutando por fin. Al menos,... he recuperado a una hija.

Molestar

Hemos acuñado en casa una filosofía muy particular. Tengo la enorme suerte de ser madre de una criatura que cuanto menos es de difícil convivencia. Vale, entiendo que no ha tenido una vida fácil y procuro meterme en su piel. Pero una persona que tiene como objetivo último tocar las narices al prójimo, pues me dirás que lo más amable que se puede decir sobre ella es que es de difícil convivencia.

Me hace mucha gracia la gente que adopta un crío y explica las maravillas de la adopción. No ha sido mi caso con Serguei. Fue difícil desde el primer día hasta el de hoy. Procuro tener paciencia, ver el lado positivo pero a días resulta insoportable y lo único que quieres es perderlo de vista para simplemente recuperar un poco de equilibrio emocional. Porque una es humana.

A Serguei le digo que no es malo. Él es bueno, por supuesto. Lo que pasa es que a veces hace cosas que "molestan". Y molestar es algo que en esta familia no gusta. En el mejor de los casos, cuando su comportamiento molesta dejamos de hacerle caso, que es lo que más le gusta en la vida. Es el término "paso". Si la molestia es más gravosa entonces a parte de pasar, es necesario que se retire al sitio más adecuado para "pensar". Lo cual es de lo más aburrido, pues es bien conocido que a los 4 años la filosofía no es el fuerte de ningún crío.

En cualquier caso lo que queda claro es que molestar no trae jamás consecuencias positivas. Llevamos 2 años repitiendo hasta el aburrimiento y siendo consecuentes con esto. Así que quisiera yo saber por qué aún a día de hoy no ha entrado esto en su cabeza. Por qué esta misma mañana ha conseguido ir a pensar 4 veces y cuando por fin hemos ido al parque a jugar con unos amigos ha tenido que acabar sentadito en el suelo al lado del banco en lugar de disfrutar. No hace falta explicar la cantidad de proezas que ha tenido que acumular para llegar a este estado.

Del 100% de cosas que he dicho hoy o he propuesto hoy a él le han parecido mal el 90% y me lo ha dejado claro. Es muy cansado. Y triste, porque sólo estoy deseando que vuelva al cole y yo al trabajo, aquel mundo de locos pero en el que al menos gracias a dios, no me tocan las narices por sistema y veo recompensado mi trabajo con la simple satisfacción de haberlo hecho bien.

Empieza la aventura

Ya hace tiempo que me ronda la idea de escribir un blog. Como aquél que escribe un diario. Pero... ¿para quién? ¿Quién querría leer mis cosas?
No tan sólo eso. ¿En qué idioma? Porque para mi escribir en catalán es parte de lo que yo soy. Pero... ¿qué pasa con estas amigas tan queridas que tengo que da la casualidad de que no hablan catalán?
Vamos, una locura.
Pero mira, es aquello de no callar ni bajo el agua, así que me lanzo a escribir, en castellano. Y que sea lo que dios quiera. ¿Que nadie me lee? Pues no pasa nada, escribir va a ser un ejercicio terapéutico, sin más.
Y fíjate que hay que escoger un título para el blog. Pues eso sí que lo tengo claro: a empentes i rodolons. Que es como el eslogan de mi vida, ir a trancas y barrancas, apurando en el último momento y sacando las castañas del fuego cuando están empezando a quemarse. Ir sacando la lengua, vamos.
Ya tenemos aquí la primera entrada. ¡Ea, ha nacido un blog!