miércoles, 6 de julio de 2011

El camino más corto

A Masha le cuestan las mates. Tiene capacidad suficiente, pero es vaga y eso de pensar, pues no mola. Como en esta familia el rollo perezoso no nos va este verano toca a parte de caligrafía y cuaderno de vacaciones, 2 páginas de operaciones (¡bien simples!) cada día.

Empezó llorando porque no le salía, porque se le había olvidado sumar... vamos, toda una variopinta gama de males y penas. Semana y pico más tarde hace los deberes sin rechistar (demasiado) y ayer la página de sumas no tenía errores. Lo que demuestra que si quiere, puede.

Hoy había un problema. "En un oasis hay 158 personas. Con la caravana llegan 25 y marchan 17. ¿Cuántas personas quedan?" Y ella apunta la respuesta 166 personas. Sin operación. !Leñe! !Para alguien que hace una semana decía que 10 + 2 = 35 es algo grande!

Yo soy muy mal pensada así que he mirado al final del cuaderno. No había soluciones. No sabía cómo, pero me olía muy mucho que había irregularidad de por medio. Así que le he pedido que cogiera un papelito y me hiciera la operación. La ha hecho.

Bueno, no queda más que felicitarla, claro.

Esta noche hablando con mi madre he tenido una visión. Con el cuaderno venían unos cuadernillos. Uno de ellos podría ser un solucionario. Así que rebuscando efectivamente, no tan sólo lo es sino que está al lado del cuaderno, demostrando un uso reciente.

¡Bueno... no soy tant tonta como me creía! (¡Elemental, querido Watson!, me hubieran dicho...)

Mañana Masha tenía que ir a casa de una amiguita a jugar. Es un gran evento, le hace mucha ilusión. Pues me temo que esta semana no va a poder ser.

Todos tenemos ideas brillantes, yo la primera. Pero le he preguntado expresamente si ha copiado y ella ha jurado que no, toda inocencia y orgullo herido. (¡Ya sabemos que las clases de teatro son de lo más eficientes!)

Lo feo es que piense que puede engañarme y salirse con la suya. Que mentir a mamá es válido. Si lo paso por alto estoy vendida porque pensará que el fin justifica los medios y cualquier medio vale. Y lo intentará una y mil veces.

Hay una ley de oro en la familia y es que el mal comportamiento tiene consecuencias, igual que el bueno. Si hay mal comportamiento -y es el caso porque ella es bien consciente- ella misma sabe que no puede ir a casa de su amiga. Con mucho dolor de mi corazón, mañana se quedará en casa.

Y... rezando para que aprenda la lección.

Mis hijos no se qué coeficiente de inteligencia tienen, pero son muy largos. Eso les ayudará en la vida, pero de momento hace la mía bastante más difícil. ¡Si tan sólo consiguiéramos que todo ese potencial se canalizara a hacer algo positivo...! Desde luego ambos hermanos son idénticos. No se si el el destino o qué narices, pero esta familia es ciertamente una familia, entre pitos y flautas somos todos tal para cual.

Mañana toca escena dramática. Una lástima, hubiera preferido verla jugar feliz en casa de su amiga. Al fin y al cabo, ¡ella sabía hacer la operación! Hay que aprender a tener claro que el camino más corto no es siempre el que te lleva al sitio que quieres. Ni siquiera el que te lleva antes.