viernes, 1 de abril de 2011

Se curan corazones

Hoy hemos ido a conocer a mi nuevo sobrino. En el hospital, es prematuro y pasa unas horas al día en la incubadora.

A Serguei le gustan mucho los bebés. A Masha aparentemente también. A Serguei le decía que allí no se puede hacer ruido, porque los bebés duermen. Se ha puesto de lo más nervioso cuando ha visto que allí nadie callaba (normal, mi familia política no es demasiado silenciosa. Por suerte la sala donde están los bebés estaba bastante insonorizada, deben estar acostumbrados a lidiar con semejante engorro). No dejaba de decir "¡No callar!" Y les hacía tssst para que se callaran. Obviamente con el jaleo ni le escuchaban.

Para ver al bebé tenía que subirlo en brazos. Se veía una sala con camitas y al lado una silla para las madres que están de visita. El hospital no era muy bonito y he pensado que hasta cierto punto a Serguei le podría traer recuerdos, así que he probado.

"Cuando tu eras bebé, ¿también dormías en una camita así?"
"¡Si!"
"¿Y quién estaba contigo?"
"¿Mamá?"
"No, mamá no estaba."
"¿Papá?"
"No, papá no estaba."
Entonces frunciendo el ceño ha dicho convencido, gesticulando en modo de (¡Ay mamá, es que no te enteras!) "¡Papá no, mamá si!"
Como lo vi un poco apurado no apreté más. Se me abrazaba fuerte y estaba agobiado.

Cuando ha pasado la enfermera ha preguntado si era una doctora. No le he visto tenso. Pero si muy atento. Le he dicho que no, que los médicos llevan bata blanca, las enfermeras ayudan a los médicos. No creo que las preguntas nacieran de recuerdos, creo que es por jugar a médicos en el cole.

Difícil saber lo que está pensando.

Masha se ha pasado el rato mirando fijamente al bebé. Decía que era muy bonito, pero en realidad lo que ha hecho ha sido pegárseme con pega, coger mi mano y ponérsela sobre la cabeza. No ha querido decir nada, pero tenía pena. Me ha pedido que la abrazara y nos hemos quedado los tres abrazados mientras el resto vociferaba.

Creo que ha sido la primera vez que nos hemos abrazado los tres y no había competencia entre los hermanos. Masha estaba triste, Serguei inseguro. Ambos necesitaban a mamá y aceptaban que mamá curara a ambos. Ha sido bonito.

¿Y mamá?

Mamá estaba en paz. No siento pena por mis bebés perdidos. Mis dos sobrinos han llenado ese vacío y jamás podré agradecer lo sufiente el privilegio de poder trastearlos hasta llenar mi corazón. Por eso son más que sobrinos, son mis tesoros.

También estoy en paz por no haber vivido mis hijos de bebé. La vida es muy larga y los buenos recuerdos que van cayendo poco a poco van rellenando esos huecos. Quisiera poder cambiar las cosas pero no puedo. En cambio, sí que puedo disfrutar de las que están a mi alcance.

Ya en casa, estando yo sentada ha venido Serguei y me dice "mama, tu cua?" (Mamá, tu coleta?) Y se ha puesto a peinarme. Ha sido chulo porque iba con mucho cuidado y estaba relajado. Llevamos unos días buenos...

Hoy de nuevo he visto que queda un laaargo camino para recorrer.

Curiosa la escena. El bebé empezando a vivir. La alegría de los padres. Los celos de la hermana mayor. Los gritos de la muchedumbre. La pena de mi hija que sabía. La inseguridad de mi hijo que no sabía pero temía. Y mamá intentando curar sin tiritas...

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